Adicción al móvil y phubbing. Cómo destruir tus relaciones.
Seguro que la escena es familiar para ti. Levantas la cabeza y todo el mundo está atendiendo a su teléfono móvil. Pero es que… tú también lo estabas haciendo. El Smartphone, desde su generalización, está creando una adicción al mudo virtual que, a su vez, está destruyendo la interacción social como la conocemos.
“El Smartphone, desde su generalización, está creando una adicción al mundo virtual que, a su vez, está destruyendo la interacción social como la conocemos.”
¿Hasta dónde llega el daño social y psicológico creado y que evolución va a tener?
A este fenómeno se le ha dado llamar phubbing (Pathak, 2013) que es la combinación de las palabras phone (teléfono) y snubbing (despreciando), es decir, despreciar a alguien al ignorarle mientras utilizamos nuestro teléfono móvil. Tiene una versión en español que, además de no estar reconocida por la RAE, no ha cuajado mucho, el ningufoneo.
Más de la mitad de la población mundial y más del 80% de los españoles tiene teléfono móvil con acceso a Internet y cerca del 50% interactúa en redes sociales. Ello nos convierte en potenciales autores y víctimas de este, cada vez más extendido fenómeno. Digo fenómeno y no agresión social porque intercambiamos constantemente nuestro papel de autor con el de víctima, por lo que la actitud, en principio de “mala educación”, se está normalizando. Antes podías oír: “ Deja el móvil y hazme caso…” pero hoy en día, la persona ignorada porque su interlocutor está dedicando toda su atención al móvil, se sumerge también en el mundo digital sin sentirse especialmente ofendido.
¿A qué se debe en incremento exponencial de este comportamiento?
“Tiene los mismos componentes adictivos no químicos que se han estudiado en la ludopatía.”
Dos aspectos. El primero, pura adicción. Tiene los mismos componentes adictivos no químicos que se han estudiado en la ludopatía. En principio puede sonar excesivamente dramático, pero esa necesidad constante de repasar nuestras redes sociales, ver un video tras otro en Tik Tok, o comprobar si ha cambiado la cabecera de nuestro periódico digital (o de varios), se basa en la necesidad de la satisfacción que le producen esos accesos digitales, vamos, como en cualquier adicción.
El segundo aspecto sería el FOMO (Fear Of Missing Out) o el miedo a quedarse descolgado, orientado a las redes sociales y el mundo tecnológico. Se oye el pitido del WhatsApp © y tenemos la necesidad imperiosa de saber si está ocurriendo algo en alguno de los 1000 grupos a los que pertenecemos, no vayamos a perdernos algo.
“El componente psicológico no solo es causa del phubbing sino también es efecto. “
Tan solo la presencia de un móvil encima de una mesa en un restaurante, hace que la calidad, intensidad y vínculo de la conversación que se esté desarrollando en ese momento sea más pobre. Un ejemplo para ilustrarlo sería pensar en un bebe. Si estás conversando con una persona al cuidado de un bebe, sabes que en cualquier momento y de forma reiterada la interacción se va a ver interrumpida, por lo que el discurso del tema que se esté tratando va a ser más superficial y posiblemente irrelevante.
Más allá, estudios que implican a la relación de pareja, concluyen que el 70% de las personas manifiestan que el uso de los medios digitales sin motivo laboral, afectan a la convivencia. Inclusive se llegaba a manifestar una menor satisfacción en la relación, con aspectos generales de la vida e inclusive, la presencia de síntomas depresivos ¿Y por qué sucede esto? El empleo del smartphone y sus interrupciones reduce los intercambios afectivos y atencionales que requiere el apego en una relación sana, aportando un componente de deterioro importante.
El phubbing y la adicción digital, no solo está generando barreras de incomunicación entre amigos, compañeros de clase, de trabajo, madres en el parque, compañeros de viaje… Lo más grave, sin duda alguna, es que afecta a nuestra relación de pareja influyendo directamente sobre nuestra calidad de vida.
“El phubbing y la adicción digital… afecta a nuestra relación de pareja influyendo directamente sobre nuestra calidad de vida”
En el campo de los niños y adolescentes la dimensión se agrava. No solo heredan nuestros comportamientos de phubbing, sino que su dependencia del móvil es tan alta que lo emplean como medio preferente de comunicación sobre la conversación hablada en un porcentaje estremecedor, más del 75%. Son bastante habituales las situaciones en el que un grupo de niños está comunicándose mediante los teléfonos móviles, con la intención, presuntamente, de incorporar a la misma terceros que no están presentes.
“En el campo de los niños y adolescentes la dimensión se agrava… su dependencia del móvil es tan alta que lo emplean como medio preferente de comunicación…”
La percepción de soledad se va a ir agravando cada vez que nos vayamos encerrando en nuestros pequeños mundos digitales.
¿Esto se puede agravar? Si, las adicciones no tratadas o reconocidas van en aumento y acaban con la destrucción personal y/o social del individuo. Componentes de estrés, angustia, ansiedad y depresivos, van a ir avanzando entre los usuarios más voraces e indefensos hasta en desarrollo de trastornos.
Qué regula ese impulso a estar delante de otros y coger el móvil. El autocontrol. Es muy importante en muchas facetas de la vida. En esta también. Un buen y desarrollado autocontrol nos servirá para obviar ese mensaje que ha llegado, o que está sucediendo en tal o cual grupo, o porque necesito ver un video ahora. El autocontrol se puede trabajar en el día a día dejando ese smartphone en el bolsillo y dedicándole una sonrisa a tu pareja.
Prueba un día a salir sin móvil de casa. Si te da miedo o te sientes indefenso e incomunicado, tienes que reflexionar sobre tu dependencia.